viernes, 6 de septiembre de 2013

Finlandia 0 - España 2 (6ª jornada de la liguilla de clasificación para el Mundial de Brasil 2014)

FINLANDIA (0): Mäenpää; Toivio, Moisander, Pasanen, Arkivuo; Ring (Riski, m.69); Halsti, Eremenko, Tainio (Hämäläinen, m.69), Schüller; y Pukki (Zeneli, m.81).
ESPAÑA (2): Casillas; Koke, Albiol, Ramos, Alba; Xavi, Mario Suárez, Iniesta; Cesc (Negredo, m.71); Pedro (Cazorla, m.81) y Villa (Navas, m.56).
Goles: Min. 19, Alba. Min. 85, Negredo.

España ha sentenciado hoy prácticamente su clasificación para Brasil 2014.

Primera parte 
Fue discreta la primera parte de España, que desequilibró a su favor la posesión de forma exagerada pero apenas logró crear un par de ocasiones. Pasados los calores brasileños, Del Bosque volvió al modelo Barça al completo (esquema y estilo de juego) y se encontró con los mismos problemas que los catalanes cuando se les encierran atrás a cal y canto: dispuso el típico 4-4-2 con rombo (o 4-3-3 con falso nueve) en el que Mario era Busquets y Cesc era Messi, con la extravagante elección de Koke como lateral derecho; y ordenó una presión inmediata y adelantada tras pérdida que funcionó bien.

Enfrente se especulaba con las posibilidades de que los finlandeses jugaran con cuatro o con cinco atrás, y finalmente no fue ni una cosa ni la otra: resultó un curioso 4-1-4-1 parecido al que Sabella hizo que se le atragantase al Barcelona en la Intercontinental, con el lateral largo esta vez a la derecha: las dos líneas de cuatro paralelas y muy basculadas a la izquierda (con Tainio y Eremenko de mediocentros de facto), más Ring como carrilero a la derecha a una altura intermedia entre ambas, pendiente en exclusiva de Alba (el Alves de Sabella), y Pukki arriba.

Juntísimas las dos líneas de los norteños, el primer tiempo tuvo similitudes posicionales con el de Tahití en la Confederaciones (o cualquiera del Barça ante Mourinho): España movía la pelota de lado a lado por detrás de las dos líneas finlandesas, en busca de espacios. Pero naturalmente los finlandeses son mucho mejores defensores que los tahitianos, y con buen criterio tiraron las líneas mucho más atrás, hasta su borde del área; además la circulación era lenta y por delante del balón había pocos movimientos y menos espacios, así que, con casi todos los jugadores de unos y otros tras la pelota, el partido semejaba más a uno de balonmano que a uno de fútbol; sin delantero que rematara las llegadas de Alba y sin tirar jamás desde lejos, finalmente España trataba de lanzar un pase que se saltara directamente las dos líneas defensivas: así llegó el gol, pero apenas hubo más ocasiones. En España, monopolizado el balón, Albiol quedaba solo atrás con Ramos y Mario (excelente) por delante de él.

La peor noticia fue el pésimo rendimiento defensivo del sector Koke + Albiol: cada vez que Finlandia tuvo el balón y lo intentó por esa zona creó una ocasión. 

Primeros veinticinco minutos de la segunda parte 
Finlandia cambia el plan: convierte su sistema en un 4-4-2 con Eremenko y Pukki arriba, e intenta adelantar un poco líneas; entre esto y que España relaja su presión tras pérdida (algo preocupante si se va a jugar con un solo mediocentro) el partido equilibra la posesión y se convierte en un ida y vuelta un tanto peligroso para España, con llegadas en las dos áreas. 

Últimos veinte minutos 
Finlandia va notando el desgaste por el esfuerzo defensivo; su entrenador hace cambios ofensivos: conserva el 4-4-2 pero atrasa a Eremenko al mediocentro. Del Bosque cambia extremos (más abierto Navas que Cazorla) e introduce a Negredo como verdadero delantero centro. El valiente adelantamiento de líneas de los finlandeses provoca espacios que los españoles, pacientes con balón pero veloces cuando interesaba, aprovechan bien, particularmente un hasta entonces gris Xavi.

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