jueves, 19 de junio de 2014

España 0 - Chile 2 (segundo partido de la fase de grupos del Mundial de Brasil 2014)

ESPAÑA (0): Casillas; Azpilicueta, Javi Martínez, Sergio Ramos, Jordi Alba; Busquets, Xabi Alonso (Koke, m. 46); Pedro (Cazorla, m. 76), Silva, Iniesta; y Diego Costa (Fernando Torres, m. 69).
CHILE (2): Claudio Bravo; Silva, Medel, Jara;
Isla, Aránguiz (Felipe Gutiérrez, m. 69), Díaz, Mena; Vidal (Carmona, m. 87); Alexis y Vargas (Valdivia, m. 86).
Goles: 0-1, m. 20: Vargas. 0-2, m. 43: Charles Aranguiz.
Árbitro: Mark W. Geiger (Estados Unidos). Amonestó a los chilenos Vidal y Medel y al español Xabi Alonso.

Incidencias: Partido disputado en el estadio Maracaná ante 74.374 espectadores, 30.000 de ellos chilenos. Lleno. Tras este resultado España quedará eliminada

Los hechos biológicos
Es verdad incontrovertible que desde la cima, más tarde o más pronto, hay necesariamente que caer –aunque ni siquiera hayas aparecido en la portada del Sports Illustrated–, de modo que la decadencia del mejor equipo de la historia de las selecciones era inexorablemente una cuestión de tiempo. Menos previsible era una caída tan abrupta, y vamos a hacer nuestro intento de explicarla, ya que no la vimos venir hace un año.

1) La razón más obvia es la decadencia física o incluso desaparición como tales de algunos jugadores de primera importancia. Entre ellos nos interesa destacar a Villa, el mejor delantero de la historia del fútbol español pero poco valorado por la prensa nacional por no haber hecho carrera (ni siquiera haberse dignado a nacer) en su sede; no ha tenido ni siquiera cinco minutos en este Mundial, hecho que ha pasado curiosamente desapercibido. Si unimos esta ausencia de facto a la de Puyol y a la evidente decadencia de dos hombres de primerísimo nivel y posiciones decisivas, Casillas y Xavi, tendremos ya fácil comprensión de buena parte de los problemas del equipo.

2) A ello se ha sumado la bajada de nivel colectiva de los jugadores del Barcelona, adivinada por Guardiola cuando se marchó en vista de que no sería posible mantener la exigencia de sus años, lenta pero inexorablemente materializada durante los mandatos de Vilanova y Martino, y manifestada en el estado de forma de Piqué, Alba, Pedro o incluso Busquets. La selección, al cabo, vivía de los mecanismos del mejor Barça de la historia, y ese equipo ya no existe.

3) Se ha atribuido el desastre a un mal estado físico general del equipo, pero sin dar razones diferenciales respecto a otras selecciones cuyos jugadores (pensemos en Robben entre cien ejemplos) han tenido una temporada tan exigente como cualquiera, y pese a que los entrenos en Curitiba se daban hace pocos días por muy buenos. Sí se avisó aquí y acá, sin embargo, de una ventaja física aburdamente concedida por España a sus rivales: se entrenó en un clima invernal y se pasó sin tiempo para la aclimatación (apenas un día y una noche cada vez) a jugar en entornos calurosos y húmedos (Bahía y Río), que aplatanan el cuerpo y lo dejan sin recursos ante situaciones de máxima exigencia física. Holanda, Chile y Australia, mientras tanto, se concentraban respectivamente en Río, Belo Horizonte y Vitória, sitios tal vez menos cómodos pero con un clima más parecido al de los primeros partidos por afrontar. Que la federación española ya conociera de primera mano estos condicionantes señala gravemente a los responsables de tal disparate.

4) Con tales premisas (especialmente decisiva la baja de Xavi en este aspecto) se desvanecía la superioridad técnica que requiere el juego de posición al estilo del Barcelona, emulado por la selección en los últimos ocho años. Para practicarlo comm'il faut son necesarias posesiones largas y en zonas calientes que desgasten y descoloquen al rival, y al tiempo agrupen al equipo en torno al balón para la presión inmediata a la pérdida, clave del sistema. Tanto Chile como Holanda, a base de presión alta y fuerte, consiguieron acercar sus niveles de posesión a los de España, que perdió así su ventaja táctica y se vio expuesta a contras para las que ya no contaba con el rapidísimo Puyol como apagafuegos.

Una dinámica anímica negativa, la falta de tensión competitiva (véase el arranque del España-Chile), la escasa atención a los detalles (¿se sacó ayer algún provecho a la manifiesta superioridad aérea ante Chile?) y el infortunio en momentos puntuales (como la falta a Casillas no señalada en el 1-3 holandés, su error infantil ante Van Persie o errores a puerta vacía como el de Torres ante Holanda y Busquets ayer) han rematado a un equipo que en todo caso estaba lejos de su nivel pasado.

Primera media hora
Analicemos con todo aspectos posicionales del partido de ayer. Heredera de la selección de Bielsa, la de ayer de Chile practicó su –esperada y valiente– presión intensísima y alta, e imitó a Holanda y a tantos otros en su disposición en el campo: tres centrales (alguno no precisamente muy alto ni muy central, como Medel), doble pivote, carrileros adelantados, un volante móvil (Vidal) y dos delanteros, Alexis y Vargas, caídos respectivamente a derecha e izquierda. Enfrente Del Bosque prescindió de Xavi (pese a su buen reparto de asistencias en el primer partido) y colocó un convencional (y raro de ver en este equipo) 4-2-3-1 con Pedro de verdadero extremo derecho, Iniesta de falso izquierdo para dejar pasillo a Alba, Silva de mediapunta liberado, y Costa como ancla.

Los mediocentros españoles se escalonaron esta vez mal, si lo hicieron, pues Busquets apenas retrasó su posición para la salida de balón; uno de los puntas chilenos se emparejó las más de las veces con él y un timorato Javi Martínez no supo aprovechar su relativa libertad para dar salida fluida a la jugada, lo que unido a la fuerte presión de la línea de cuatro del centro del campo de Chile (carrileros y mediocentros) ahogó la salida de pelota española y equilibró un tanto la posesión, además de permitir a los sudamericanos soltar contras, como la del 0-1. El ritmo del partido era muy alto. España apenas la tenía en campo rival y ni siquiera sacaba provecho de los pelotazos hacia Costa, inteligentemente emparejado con Medel (que, de los tres, era el central del centro, digamos) pero incapaz de sacar ventaja de la de sus centímetros.


Segunda media hora
La insostenible presión chilena baja un grado y España toca la pelota con alguna fluidez e incluso llega con cierto peligro. Al descanso y tras el 0-2 Koke suple como mediocentro izquierdo a un superado y tarjeteado Alonso. España carga el juego por esa banda y por fin (diez primeros minutos de la segunda parte) encierra a Chile, que amontona gente cerca del área. España ronda el gol pero este no cae.

Media hora final
Fundida físicamente, la selección baja los brazos y el partido acaba penosamente a ritmo de pretemporada.

Jugador por jugador
Casillas: Parece haber envejecido prematuramente en lo deportivo: como los porteros viejos, hace tiempo que para más por intuición que por agilidad. A ello se le une una excesiva relajación, rayana en la desconcentración, que viene de al menos hace un par de años. Falla técnicamente en los dos goles: en el primero echa por delante los pies cuando lo natural era poner ahi las manos (y mucho se entrena para no caer siempre al mismo lado en las salidas); y en el segundo se pasa de frenada con el cuerpo y por ello se ve obligado a despejar hacia el área.
Azpilicueta: Aseado en defensa pero inoperante en ataque, donde apenas mejoró –quién lo iba a decir– a Arbeloa.
Javi Martínez: Pese a no ser central natural ni muy rápido pasó pocos apuros defensivos. Demasiado reservón en la salida de la jugada.
Ramos: Algo descentrado, pero sin duda el más comprometido. Nunca se entregó.
Alba: Los sistemas rivales le pusieron una marca clara, y así nunca sorprendió: en lugar de llegar desde atrás, simplemente estaba.
Busquets: La tocó tan bien como casi siempre, pero lo pasa mal cuando su equipo no domina el partido y se ve obligado a defender en estático. Acabó desquiciado.
Alonso: Mal partido de nuevo, superado por el ritmo y la presión chilena.
Pedro: La superioridad física de Chile le impidió encarar en igualdad: siempre llegaba una ayuda.
Silva: Fracasó de nuevo, como suele en los partidos grandes. Ni encontró el pase final, ni supo ser Xavi para cambiar el juego cuando se requería.
Iniesta: Lo único potable en ataque. Buscó las zonas entre líneas y puso a algún compañero de gol.
Costa: Uno de los errores del banquillo fue meterlo directamente en el equipo del Mundial sin preparación para que sus compañeros se habituaran a sus movimientos, y años hubo para ello. No se supo imponer a los centrales de espaldas a puerta ni por arriba, lo que hubiera desahogado al centro del campo.

Koke: Metió más ritmo que Alonso, que ya era algo.
Torres: Apenas un par de intentos de hacer su jugada. Enredado.
Cazorla: Al parecer jugó.


3 comentarios:

  1. Completísimo artículo como siempre. Una suerte poder leer en unas lineas lo que la prensa especializada no sabe expresar con objetividad en diez páginas.
    A los mundiales se va a competir con lo mejor de cada casa, no a premiar trayectorias personales. Para premios estos fantásticos jugadores ya recibieron el Príncipe de Asturias.
    Yo pensaba que Del Bosque no lo iba a permitir pero estos dos partidos han sido demasiado parecidos a la final de la confederaciones de hace un año. Vistas las causas, el seleccionador ha tenido un año para adaptar el equipo y el juego al necesario relevo generacional, inesperadamente ha renunciado a hacerlo y ahora ya es una necesidad.

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  2. Muchas gracias, Palmera, sinceramente.

    El papel de Del Bosque no creo que fuese fácil. Que los que vengan detrás de Villa, Xavi, Xabi, Casillas o Puyol sean iguales o mejores que ellos es estadísticamente casi imposible, así que (más allá de fidelidades personales o grupales, que también) la duda entre, por ejemplo, Koke y un Xavi decadente no me parece que fuese fácil de resolver.

    Efectivamente ahora lo hará por necesidad. Sigue habiendo buen material (Martínez como mediocentro, Busquets, Koke, Iniesta, Alba, Piqué, Ramos, Costa, Pedro...), así que yo veo un buen futuro pero, como es natural, es dificilísimo que se parezca al que tuvimos. Entre otras cosas porque, como dice Relaño, para la clave de la bóveda, Xavi, no hay relevo.

    Por cierto, ayer un físico me dijo lo de los entrenamientos en fresquito (hasta a 4ºC, por lo visto). Se ve que nos fijamos en esas cosas por deformación profesional, jeje.

    Un cordial saludo, y nos vemos pronto en los del Betis.
    JR

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  3. Y para remachar lo de las temperaturas: he comprobado (por ejemplo: http://resources.fifa.com/mm/document/tournament/competition/02/37/03/80/eng_03_0613_esp-ned_esp_teamstatistics.pdf) que estadísticamente España sí fue físicamente inferior a Holanda y Chile, tanto en kilometraje recorrido como en intensidad. Para llegar de ahí a mi tesis falta primero saber si es una cuestión de estilo de juego (o sea, si la megaEspaña del 2010 ya corría menos y menos rápido que sus rivales, cosa que sospecho); y luego algo incomprobable, saber hasta qué punto el rendimiento físico bajó por eso o por otras cosas (bajas formas de fin de temporada madridistas y barcelonistas, desmotivación relativa...). Trataré de comprobar con las 32 selecciones si el efecto congelador es estadísticamente significativo.

    Salud
    JR

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